Una mañana en la que el cielo se mostraba muy feroz, un
pequeño grupito de aventuremos formados por Beli, Fefa, Toñi, José y su nieta
Cármen se animaron a viajar hacia la vecina Villa de Don Gonzalo Mexía (Maestre
Santiaguista de la
Encomienda de Alange), pero ¡qué viaje! Diez kilómetros que
parecieron veinte. El cielo descargó con fuerzas tanta agua que los olivares se
convirtieron en arrozales y los regatos y cunetas no daban abasto para recoger
toda la que bajaba desde la
Sierra de Peñas Blancas.
Pero bueno, llegaron a su destino sanos y a salvo, con la
gran desilusión de que no iban a poder disfrutar este año del maravilloso
crucero en tractor-barca por la
Guadiana. La ruta se suspendía pero se animaba a todo el asistente
a disfrutar de la convivencia que tenían preparada.
Unos paseos por las grandes y llanas avenidas de la Villa (nada que ver con las
estrechas y tortuosas cuestonas de Alange) admirando aquella arquitectura de
casas bajitas intercaladas con enormes casonas de fachadas señoriales de estilo
modernistas, hasta abrírseles el apetito al llegarles aroma a churros, por lo
que descansaron y los tomaron con café por la Calle Cruces.
Pasadas las doce del mediodía, el grupo creció ya que
aparecieron Milagros, Manolo, sus hijos Alba y Manuel, además del presidente
recibido por la fotógrafa en la entrada la nave donde la barbacoa se alimentaba
de panceta y chorizo. Menuda fiesta con comida casera, bebida, risas, conversaciones
sobre futuros planes y mucho baile con Dj Porro con el que hicieron un
recorrido por la música de los 80, los 90 y la más actual. ¡Fascinante!
Y como la tarde estaba ideal para continuar el paseo, los
alangeños acompañados de la amiga Santi, recorrieron la orilla del Guadiana
pasando por el lugar donde estuvo la estación del tren, la antigua fábrica de
luz y la panificadora, un observatorio de aves y la Ermita de San Isidro,
llamándoles mucho la atención cómo bajaba el río de crecido y cómo nadaba el
dichoso “camalote” con la fuerza de la corriente.
Los alangeños se despidieron de los galapagueros dándoles
la enhorabuena porque, aunque la lluvia no permitió hacer la ruta, la fiesta
fue todo un éxito un año más y prometieron volver a repetir en la próxima
edición.
José María Benítez Carroza
Fotografías de José María Benitez Carroza
Fotografías de Fefa Corbacho Barrero
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