Su orografía y terreno está determinado por leves cerros, caminos y veredas, atravesamos varios “riachuelos” que discurrían a través del camino, gracias a las lluvias caídas durante este invierno.
En todo su conjunto el olivo es el árbol más predominante, además de la encina, alcornoque, algunos robles… En cuanto al matorral acompañante dominan las jaras, hinojos, tagarninas, espárragos trigueros, brezo, retamas, té silvestre, romero…
Por lo que refiere a la fauna, la zona está poblada de perdices, conejos, liebres, águilas perdiceras, zorros, según nos comentaron los lugareños, aunque no tuvimos la suerte de verlos.
Pasamos por Cristina, localidad vecina, para subir la Sierrecilla bajando por la Cañada Real Leonesa. Nos adentramos en el paraje que describía el poeta Luis Chamizo como “Vardearenales” para caminar entre olivares y dehesas de encinales y alcornocales y así recorrer unos 18 Km en total.
Al finalizar la ruta, nos “recompensaron” con una gran caldereta extremeña que pudimos degustar sentados en la gran explanada de San Isidro y bajo una buena carpa preparada por si llovía, y vaya si llovió, y con el número de inscripción se sortearon: unas botas, una mochila y unos bastones, sin suerte para los alangeños.
Marta Beatriz Miranda Macías.
Desde “Pata del Buey” damos la enhorabuena al Club Valdearenales por la buena organización y por la superación del evento con respecto a su primera edición. Seguid así y llegaréis muy lejos. Nos veremos en muchas más ocasiones, muchas gracias por todo.
El presidente, José María Benítez Carroza.
Fotografías de Marta Beatriz Miranda Macías
Pueden ver más imágenes de la ruta en el siguiente enlace (Club Valdearenales):
Estubo muy bien y al final cortamos por un siete y no llegamos a mojarno
ResponderEliminarGracias por vuestra participacion.
Saludos-