La mañana despertó de lo más típica de un día de matanza, nublada, con amenaza de lluvia, con frío ...y a las ocho en punto un guarro chilló y llamó la atención de los vecinos, “¿quién mata hoy?...una matanza tardía”, comentaban algunos que no sabían lo que se cocía a orillas del pantano.
Un matachín, los descuartizadores, las mondongueras, el de la lumbre, el de los guisos, las cocineras, el que le da a la máquina, la que casa el colgadero...faena y más faena manual con personajes y vocabulario propios del arte tradicional matancero.
Migas extremeñas hechas en caldero al calor de las brasas, a degustar con cafelito calentito antes de que los de las “casacas rojas” comenzaran su andadura por las calles de Alange. Lástima de no haber podido disfrutar de esos exuberantes almendros en flor del Valle de la Jabata, la ciclogénesis de días anteriores había estropeado la floración, pero una buena alternativa fue la de visitar aquellos lugares que más nos llenan de nuestro pueblo: el Cancho de la Pata del Buey donde enseñar a los niños la pezuña grabada en la roca que le da nombre, La Laguna con su Fuente Monumento al Agua, las Calzadas de la Calle Jarilla, el Mirador del Corazón de Jesús con sus panorámicas a los cuatro puntos cardinales, La Ermita de San Bartolomé con sus cigüeñas haciendo el gazpacho, la Fuente del Baño donde muchos aliviaron la sed de las migas, el Lavadero con su reforma y agua limpia y caliente donde un sapillo saltó al barruntar el bullicio de las lavanderas que echaban de menos sus piedras, el Balneario vestido de invierno, bonito en cualquier época del año...Paseo por calles que muchos de los caminantes, según decían, nunca habían pisado y que también mostraron algunas sorpresas como la del Cine Gallardo en la Calle Encomienda, con su antiguo cartel aparecido tras retirar el de la última discoteca.
Y al volver al punto de partida, ¡cómo olía! Chanfaina, prueba de chorizo y de salchichón, montados de lomo, panceta...gastronomía típica de matanza que había que rebajar con un buen baile. Dj Porro amenizó la jornada con temas de todas las décadas para bailar sin parar, sueltos o agarrados, marchosos o lentos, porque también había potaje de garbanzos y muchos dulces fritos caseros...flores, roscas, gañotes y piñonate, que volvían a llenar el ojo y el paladar a media tarde.
En imágenes se puede comprobar que se vivió una magnífica jornada de convivencia entre la Peña Madridista “El Buitre” y la Asociación Senderista y Cultural “Pata del Buey” que todos deseamos volver a repetir en años venideros.
Texto de José María Benítez Carroza.
Fotografías de Milagros Hurtado Fernández.
Fotografías de Fefa Corbacho Barrero.
Fotografías de la Oficina de Turismo de Alange (María del Carmen Chaves Montero).
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