Al igual que hace dos inviernos en aquel que fue nuestro primer viaje en autobús, las dehesas resplandecían y los ríos humeaban al amanecer por la helada que les había caído durante la noche.
Encinasola nos volvía a recibir con los brazos abiertos para disfrutar de su ruta más emblemática, la que baja hasta el Puente de los Cabriles. Una ruta que ha cambiado su trayecto para mostrar al senderista paisajes únicos dentro del Parque Natural de la Sierra de Aracena y los Picos de Aroche en la frontera con la vecina Portugal.
Encinasola también supo adaptarse a las personas que no podían hacer la ruta de campo y a aquellos que querían conocer su patrimonio, por ello, un fantástico guía local mostró a los paseantes ermitas, iglesia, castillo, fuerte, casas señoriales, calles empinadas y empedradas cargadas de historia.
Las cañas por los bares, la garbanzada, el café con los dulces y el baile en la Plaza Mayor, cerraron una jornada divertida de convivencia con compañeros senderistas de pueblos vecinos al nuestro y con los propios Marochos (habitantes de Encinasola) recordando los buenos momentos que hemos pasado juntos en actividades anteriores.
Texto de José María Benítez Carroza.
FOTOGRAFÍAS...
Fotografías de Fefa Corbacho Barrero.
Fotografías de José María Benítez Carroza.
Fotografías de Julio Matellanes Matellanes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario