A pesar de la meteorología adversa, la ilusión venció las dificultades y nos plantamos en el Valle del Jerte, con parada en Navaconcejo a recoger a nuestra paisana Petri y su esposo, que nos acompañaron y en ocasiones nos indicaron el camino a seguir en la ruta programada.
En el Centro de Interpretación del Valle, se hicieron dos itinerarios dentro de la Reserva Natural Garganta de los Infiernos, unos al paraje de Los Pilones disfrutando de su flora, del sonido del agua de sus cascadas y de las pozas que el discurrir del agua a través de los tiempos ha formado en el río y que da nombre a Los Pilones y otro grupo al pueblo del Jerte a lo largo del río, camino incomparable por el sonar de las agua y por los colores del paisaje entre cerezos en flor y el verdor de otras plantas y árboles del monte, con visita al pueblo para ver su iglesia y caminar entre callejuelas.
Después del reposo de mediodía subimos al puerto de Tornavacas, entre la Sierra de Gredos y la de Béjar, desde el cual se divisa la inmensidad del Valle, ahora de blanco floral, en pocos días se cubrirá con un manto blanco y por último de rojo cereza.
- ¿Encarna, que tal la ruta?
- A pesar de lo cambiante del tiempo, ha merecido la pena disfrutar de los maravillosos caprichos que la naturaleza nos ofrece.
Texto de Paco Romero
Fotografías de:
- Encarna Hurtado Barrero
- Fefa Corbacho Barrero
- Juan González Martínez
- Juan Carlos Contreras González
- Juani Gil Cabrera
- Lali Calero Trinidad
- Loli Fernández Gil
- Mº Teresa Ruiz Casteñeda
- Paco Romero Contreras
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